Lo negro nunca llega ser blanco; el sudor nunca se va del todo; el olvido se deteriora. La necesidad de ser otro, se esconde tras el acto de lavar la ropa. Ha muerto el ser auténtico que sonreía a las manchas locamente, como si fueran amigos. Se ha impuesto poner lavadoras, una tras otra, hasta no dejar rastro del presente.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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