A veces, me gustaría saltarme todas las normas, absurdas, que me rodean, para renegar de mi miedo a un nuevo trabajo, donde no me enseñarán nada, seré torpe, llegaré a casa, cargada de lágrimas en mi ausente inteligencia; para decirles a mi amigos, que me han abandonado en mi soledad, no han entendido mi dolor; para gritar, que me enferma esta sociedad gremial, donde sólo trabaja quien tiene enchufes; que soy justa, pero, vivo sujeta a un mundo de injusticias; que han roto mi corazón en mil pedazos; que ya no creo en nada, ni en nadie, pero, a pesar todo sonrío.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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