LLevo años leyendo noticias sobre peces, sobre aves marinas, que mueren cargados de plásticos. La última tragedia, es una ballena con veinte kilos de plásticos, que ha sucumbido ante la contaminación en la costa holandesa de Helling. Debe ser imposible, para los balénidos hacer la digestión de un objeto que tarda en degradarse 150 años, si está enterrado 1000 años. No debemos asumir como parte del cambio climático estas mujeres de animales que se están convirtiendo en basureros improvisados. Hemos de reciclar y concienciar de su necesidad, y asi tal vez no lloraremos el asesinato de las especies.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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