Es díficil encontrar sensiblidad bajo las palabras, pero, hay personas que al hablar mirándonos a los ojos, nos acercan a su mundo fantástico, nunca golpeado por la desilusión. Nos arropan dentro de sus pupilas con ternura, que blinda nuestra vida de tristezas. Nos dan la mano, y viajamos al epicentro de aventuras incesantes, cambiantes, enigmáticas, sólo aptas para aquellos corazones que sepan leer dentro de las huellas.
A mi sobrino, Guillermo, que siempre deja huella en mi corazón.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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