Ayer fui a un hospital, sentí como la alegria se fugaba sin remedio; como los rostros humanos vivían inmersos en sus capas de dolor; como la tristeza nunca es comprendida, por eso fumamos constantemente. Casi me dejo llevar por la bruma, meláncolica, que circundaban a las personas que merodeaban por los pasillos, que entraban y salían de las consultas, hasta que intenté salir de alli con la mirada. Me encontré con"Noctámbulos", un cuadro de Hopper. Es de noche, las calles están vacias. ausentes, desiertas de caminantes que dejan sus huellas bajo los cristales de los escaparates. Hay luz en el "Phillies", un bar, con una escueta barra que da cobijo a una pareja al fondo, a un hombre enfrente de ellos, a un camarero detrás de ella. Son humanos contagiados por su soledad, por su desprecio a las palabras, por su agónica supervivencia que despeja delante de un café o un whisky. "Los sentimientos reales de los pintados apenas se diferencian", pensé mientras salía.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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