Coco, es una zaragozano de plástico de 45 años. Me lo regalaron mis abuelos maternos, cuando tenía dos años. Me ha acompañado durante toda mi vida, callado, cómplice de mis alegrias, de mis lágrimas, de mis silencios. Amigo sin pedir nada a cambio. Mis cinco sobrinos, lo han dejado con una minusvalia en su cuerpo. No puede evitar que jugaran con él y lo lesionaron. Pero, a pesar de todo, cuando lo miro sonrie y sé que todo va a ir bien.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)
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