La realidad como los sueños, se fragmentan en momentos, a los que es complicado acariciar, sin sentir la fugacidad de la vida; donde es fácil dejarse llevar por las circunstancias adversas, para abraza, apasionadamente, a la utopía, como si fuera un flotador de la ilusión; porqué nada es cómo lo imaginamos, siempre como anhela el destino
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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