Las vidas de nuestros antepasados, han quedado desdibujadas, apartadas, alejadas de la realidad, a la que renacen en, viejas, fotografias, resurgidas de la nada. Solo conozco de oidas, a uno de los tres que aparece en la fotografía; es el el que está, más cerca de la cabeza de la cuchara, es mi tío abuelo Amador, Murió a los cuarenta años de un derrame cerebral, hacia pocos meses que se había casado. Mi tío parece mayor, en el siglo XX se envejecía antes, aunque no conocían las prisas, los ruidos, la soledad. Todos se conocían, se ayudaban, se mimaban en sus entornos de pobreza, del que que salían, gracias, al trabajo desde adolescentes. Nunca sabré cómo hablaba mi tío, su voz se ha perdido en la memoria acabada de su madre, y de sus tres hermanos. Mi abuela, murió hace trece años, asi que, ya solo me queda de su hermano, la mirada de una de mis hermanas,y, las dos miradas de mis sobrinos; bajo los que me encuentro con el paso del tiempo
A la memoria de mi tío Amador Heredero Sanz.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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