Nunca sabré quienes son las personas que posan en la fotografía; han
llegado a mí, por el trasvase familiar de las herencias; por el riego de las
cosas sin importancia; por la abundancia de memorias; que vagan sin rumbo entre
casa y casa, hasta que se posan en los anaqueles del corazón de alguien, ese
alguien soy yo; que los mira con asombro, con dedicación, con entusiasmo, de
querer atrapar unos rostros, encajados, en el paisaje del tiempo, donde hablan de sus vidas;
que como todas las vidas, se condensan
entre la alegría y entre la tristeza; entre el triunfo y entre la derrota;
entre la salud y entre la enfermedad. Mi mano, anclada en la supervivencia,
recoge sus almas inmersas en el olvido, para dejarlas en mis venas que fluyen
por la sangre del ayer y del hoy.
Ana Tapias( todos los derechos reservados©
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