.Cuando
observo la fragilidad de la vida, siempre pienso en la soledad del frio.
Nuestros cuerpos, yacerán abandonados, ausentes del calor, envueltos en el
olvido, que se convierte en escarcha en los amaneceres del mañana; donde nadie,
nos invitara a sonreír; donde nadie, nos despertara con un beso; donde nadie,
nos hablara con palabras. Cuando observo la contundencia de la muerte, busco mi
manta de recuerdos, para llorar acompañada, por los que se fueron y me esperan
al otro lado del silencio
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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