sábado, 24 de noviembre de 2012

Correr

Me gusta correr sin excederme. Corrí unos minutos: llegué a la Fuencisla, dónde hice aparatos para fortalecer  mis brazos y piernas. Allí me encontré con un conocido, que se estaba machacando el cuerpo. Me animaba a qué lo hiciera, no le hice caso. El deporte como todo en la vida,  me gusta hasta que me hace sufrir,  Sí algo o alguien lo hace, lo dejo. Es díficil a veces, la mayoría una liberación.
De camino a casa con agujetas en el ánimo , escuhaba las conversaciones de mis paisanos. Hablaban del atropellamiento mortal, al sacerdote de la ,Parroquia , de San José. Mí ciudad está conmocionada por el suceso.

Con agujetas en el ánimo me encontré con la madre de Clara, una  amiga  de mí sobrino del parque. Su padre murió de repente el martes. La  ha dado el pésame y ánimo. Podía haber ignorado su dolor.
Pero ser persona me exige sufrir con ella. Conocía a su padre: un buen hombre. Me cuesta hacerme a la idea que no volveré a ver por el barrio, ni el parque.
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Con agujetas en el ánimo y con el periódico en la mano, ví llorar a una mujer. Una mujer de otro país.
No estoy acostumbrada a ver llorar, pero lloraba, y lloraba. La seguí hasta el parque y seguia llorando y mis agujetas no me dejaron llorar.


Ana.

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