Anoche salí hasta las tres. A esa hora soy cenicienta: cansada me vuelvo a casa, casi siempre sola.
En la jungla vagan, almas ,con deseos de ser escuchadas: voces, miradas, cuerpos, reclamando atención. La música ayuda a mover sus almas. La música y el alcohol. Almas, solitarias, que sonríen en medio de la obscuridad. La obscuridad me aburre, prefiero el día.
No volveré a salir en una temporada: no deseo ser escuchada en medio de la multitud.
Ana.
Te acuestas a la hora de las gallinas, jejeje.
ResponderEliminarA mí tampoco me gusta mucho trasnochar, pero es imprescindible hacerlo a veces para que no se resienta demasiado nuestra vida social, porque parece que para el 90% de la gente el ritual de bares del sábado noche es sagrado.
En mi ciudad hay muy buen ambiente los jueves por la noche. En la tuya casi todo son estudiantes esa noche.
Es mejor madrugar,pero bueno la noche tiene su encanto. Encanto de bailar. Bailar me gusta, sobre todo flamenco: el taconeo del alma.
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