Mis manos no me pertenecen, son de otra. Me he levantado con la" manicura francesa" en mis uñas. Uñas que se resistían a pelar patatas, y fregar. No suelo hacer caso a mis uñas.
Ayer acudimos a nuestra cita con las aprendices de uñas: es un curso de la Oficina de Empleo. Quince mujeres dirigidas por la profesora: Yolanda. Olvidamos nuestras timideces y entramos en la clase: grande, sin pupitres, con mesas dispuestas para la manicura.
Mis manos fueron a parar a las de Leira, creo que se es escribe así. Una hora estuvo creando una obra de arte. Mis amigas se pintaron sus uñas de negro y azul pavo real. Yo soy más aburrida, y clásica.
Sí algo me gusta de mí cuerpo son mís manos: no crean distancias, y son amables. Mis dedos son vérsatiles en la rutina.
Mis uñas se resisten a todo, sólo quieren mirarse en un espejo. No me gusta el egoísmo, ni sus derivados matemáticos, prefiero compartir.
La próxima vez que vaya la diré a Leire o Leida, que me haga un dibujo en una uña. Quiso hacerlo pero soy tan aburrida, tan aburrida, que no me dejó llevar fácilmente.
Ana.
Me encanta el color. Es muy elegante.
ResponderEliminarSon elegantes las manos, el color ayuda. Es como las personas unas son buenas y a otras las ayudan
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