Está mañana a las seis y cuarto encendí la radio y escuché" Chávez, Chávez". Esos gritos sólo se los dan a un muerto, pensé. Muerto en su dictadura. No olvidemos que era un " caudillo". Aún recuerdo las lágrimas de un compañera de curso.- Hize un " Curso de Libreria" en Madrid- Una compañera Venezolana, exiliada, en España, ante las noticias de su hermano, que luchaba contra el régimen. Me contó la " brutalidad" que practicaban las " Milicias Bolivarianas", contra los opositores.
Es normal sentir pena ante la muerte, siempre con el rigor que la" persona" merece. A veces cuando he leído biográfias de dictadores y caudillos, he sentido pena, pena de su estado final. Me he regañado a mi misma. Nunca un caudillo debe levantar pena , y el tiempo debe ajusticiar su memoria.
Descanse en paz.
Ana.
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