http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=5&cad=rja&sqi=2&ved=0CE8QFjAE&url=http%3A%2F%2Fwww.un.org%2Fes%2Fevents%2Fwomen%2Fiwd%2F&ei=ppI5Uf-dCc2KhQejnIGgBg&usg=AFQjCNHSHcnIa-Ufh-7IEQqU5ltIgKfWwg&sig2=46TMT6UOU4oCS1fY5MCamg
La violencia se cuela en nuestra monotonía. Es una violencia " muchas veces invisible". Es el desgarro emocional de saberse igual, y no ser tratada como tal. El desgarro de ser golpeada una y otra vez, por los prejucios sociales. Prejucios de las mismas mujeres, hombres y de la instituciones que nos tratan como si fuéramos " feligreses de segunda generación". Las mujeres pensamos y tenemos voz. Voz aún, silenciada , en muchas partes del mundo. Voz aún ,envuelta, en la niebla del qué dirán. Voz que ha de hablar. Las mujeres quieren, necesitan hablar y hablarán.
En mí hablan las voces que me precedieron: tatarabuelas, bisabuelas, abuelas. Las voces a las que quiero: mi madre, mis dos hermanas, y mis dos sobrinas. Las voces que me acompañan: mis amigas, y las voces que me ayudan a ser mejor persona. Esas voces ánonimas, que se cuelan en mis viajes, paseos, o en los bares. Donde siempre escucho: la voz de las mujeres. Voz de la igualdad.
Ana
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