Ayer tuve una sensación " maravillosa" de felicidad y sólo tuve que abrir la nevera. Encontré unas acelgas, cocinadas por mí, lechuga, tomate, y fruta. Mí nevera ha perdido peso como yo. Fuí víctima de la ansiedad. La nevera se convirtió en mí mejor amiga. Mi amiga que me consolaba de mis desengaños, de la vida. Desengaños que me llevaron a tener más peso, de lo qúe mi cuerpo podía soportar. 9 Kilos que no me pertenecían, se adueñaron de mi cuerpo. Cuerpo que vagaba sin rumbo hacia la nevera, mí mejor amiga. Un día decidí cambiar. Fue díficil. Lo he logrado con mucho esfuerzo. He perdido 6 kilos. La nevera no es mí mejor amiga, mi mejor amiga soy yo. Yo que estoy llena de agujetas, pues he aprendido a caminar. Caminar en soledad y con la nevera como testigo.
Ana.
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