Es curioso como se asoma el recuerdo a nuestra memoria. Veo las imágenes de Amparo Rivelles y me cuesta imaginarla mayor con canas y demacrada. A mi memoria se asoma la mujer esbelta y guapa que fue , también fue la otra mujer: la anclada a la muerte. A mis abuelos les recuerdo joviales y nunca llenos de arrugas. Es como si mi mente dibujará a otras personas no las reales. Las reales se ahogaron y en mi recuerdo sobreviven con flotadores. Flotadores de sonrisas.
Ana Maria Tapias Garcia
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