Madrid está lleno de desigualdades y la basura se explaya en sus calles. Calles con rostros invisibles para los zapatos con cordones. Zapatos que pisan basura sin pedir permiso. Zapatos con estrategias imposibles de vencer. Zapatos con dudosa reputación a quienes la basura importa poco, ellos cuentan con asistentas que barren sus casas y sus zapatos. Pero la basura no es un dogma de fe , la basura es una realidad que a este paso llegará a los edificios y nadie se sorprendará.
Ana Maria Tapias Garcia
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