miércoles, 13 de agosto de 2014

Lauren Bacall

Una voz, una mirada, que helaron a Bogart con un cigarrillo entre los labios. Una voz, una mirada, que traspasaron la pantalla grande para sentarse en la butaca de cine, en el sofá de casa. 
Lauren Bacall eramos todas las mujeres que amábamos a Bogart, que sentíamos que la belleza de un hombre era algo más que un cuerpo musculado. La belleza de un hombre reside en su corazón felino, ese que Bogart entregó a la Bacall. Una voz, una mirada, que  ha viajado hasta Casablanca a decirle a Ingrid Bergman, que Rick es suyo y se va con él a Paris. El amor siempre triunfa en el End. 

Ana Maria Tapias Garcia. 

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