domingo, 3 de agosto de 2014

Soy un niño palestino.

Me gustaría aislarme del dolor que me agrede. He muerto en  los ataques israelitas en un bombardeo. Mi familia llora, no entiende mi destino. Mi familia sólo quiere enterrarme en paz y olvidar, pero los ataques siguen, sus oídos no dejan de recordarme, explotan sus tímpanos que yacen en mi ataúd.
Quiero meterme debajo del atardecer para no morir y sobrevivir en una calle cualquiera sin violencia, soy un niño palestino asesinado.

No más violencia.

Ana Maria Tapias Garcia. 

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