miércoles, 20 de agosto de 2014

San Juan Bautista

Estoy arrodillada con mi traje naranja, dictando mi testamento ante las cámaras, y, mi verdugo. Una mujer  frente a un hombre. Estoy aterrorizada, sé que moriré, no tengo destino, el hombre reclama venganza, no soy culpable, estaba contando una guerra, quería que se supiera la verdad, fui secuestrada, sólo eso. Yo no soy político, ni creo estrategias en los mapas, soy una mujer libre, a la que un hombre de negro  con un cuchillo dejará sin sueños, mi cabeza rodará como la de San Juan Bautista,  ante los ojos del mundo  que creerá que ya tiene bastante con sus propios problemas, como para sentir mi muerte. Soy el periodista decapitado.

No más violencia.

Ana Maria Tapias Garcia. 

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