Me gustaría vivir en un mundo de plastilina, donde todo pudiera cambiarse con un movimiento de mis manos. Moldearía sonrisas en Gaza. Mataría al ébola de los hospitales. Trasplantaría corazones a los políticos que roban a lo ciudadanos. Alejaría a los nacionalismos del sentimiento, de aquellos que se justifican en él para matar. Borraría la violencia de las mentes de quienes la ejecutan. Susurraría cuentos a los que no creen en ellos. Descalzaría a quienes van apegados a sus zapatos, olvidando la libertad. Resucitaría a quienes murieron en la desesperanza. Cantaría con los que no tienen voz.
Tal vez si los seres humanos fuésemos capaces de cambiar, alejaríamos de nuestras pesadillas a los monstruos de plastilina.
Tal vez si los seres humanos fuésemos capaces de cambiar, alejaríamos de nuestras pesadillas a los monstruos de plastilina.
Me gustaría.
Ana Maria Tapias Garcia.
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