Ellas, son las últimas víctimas de violencia en España, sus parejas decidieron que no volvieran a sonreir a la luz, que no cantaran bajo la lluvía, que no amaran a las flores en primavera, que no soñaran con las vacaciones, que no se acoplaran a la pantalla grande en su butaca, que no escucharan el aleteo de las mariposas. Ellas, yacen sin destino, bajo la lúgubre alfombra del silencio.
Con todo mi cariño a las 8 mujeres asesinadas.
Ana. M. Tapias G.
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