Vivo sin vivir en mí, desde que actores y escritores, se postulan como elegibles a los ayuntamientos. A a este paso van a acabar provocando una huelga de políticos, que se van a quedar a verlas venir. Los tiempos han cambiado. Antaño el señor Alcalde, presumía de ser una de las fuerzas vivas de la ciudad o del pueblo, ahora son tomados por ladrones en los chascarrillos de los ciudadanos, que entran en éxtasis como Sta. Teresa, cada vez que acuden a votar.
Ana M. Tapias G.
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