Ayer el terrorismo golpeó a Túnez. Cuesta asumir que unos turistas sentados en el autobús, que unos visitantes de museo, que disfrutaban de la belleza, que viajaban para celebrar su amor, para descansar de su paisaje diario, para conocer otra cultura, y que, a media mañana fueran salvajemente tiroteados, acribillados, descuartizados, por unos corazones que olvidaron que el semáforo rojo de la vida no se ha de cruzar, por unos corazones asesinos hasta de ellos mismos, por unos corazones cuyo destino fue crear lágrimas.
La violencia solo conduce a la derrota.
A las victimas....
ANa M. Tapias G
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