lunes, 16 de marzo de 2015

Recuerdo

Caminaba por la Plaza Mayor con mi madre, el herpes la causa mucho dolor, y, sale poco a la calle. Aposté  por alejarla  del hoy, invitándola a pasear por el pasado. Su abuelo Manuel heredó una casa , que su  hija( mi abuela),  vendió para comprase otra. Para mí esa casa, vieja, que está situada a escasos cinco minutos de donde vivo, es mi fantasía de la familia que no conocí, sus cuerpos desgajados por el  olvido, crecían  dentro de  las palabras mi madre: la carbonera, el desván, 17 escalones, 2 pisos, con 6 habitaciones. Sus sombras se adueñaban de los rincones cubiertos de nostalgia. Por mis venas latía el  deseo de viajar a través  del tiempo. Mi madre se ausentaba de sus  malas noches, del sabor amargo de sus medicinas, de su tristeza.
 Cuando  la vida  nos duele el recuerdo  nos reconforta.

Ana. M. Tapias G.  

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