Ayer, compré un libro para la nieta de unos amigos, de mis padres. Me incliné por Blancanieves, me parecía más rosa, más de niña: dando de lado a un Peter Pan, sonriente, y aventurero. Sentí curiosidad, de cómo estaría escrito la Blancanieves del Siglo XXI. "El principe besó a Blancanieves, y se deshizo el hechizo", terminaba." Blancanieves se equivocaba. Las princesas han tirado a la basura: coronas, escobas, planchas, fregonas. Quieren ser astronautas, ingenieras, pilotos, maquinistas, mineras. No esperan besos, luchan por crear un mundo mejor", pensé. El tiempo también pasa para los cuentos.
A mis sobrinas, Mariana e Inés, con todo mi amor.
Ana Tapias
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