lunes, 2 de mayo de 2016

El Cubillo

El Cubillo, es un pueblo, pequeño, escondido, austero de formade la provincia dSegovia. Allí nació mi padre, y misiettios. Mis abuelos yaceenterrados, bajo el cobijo de la sierra de Guadarrama,  a la sombra del dolor dsuseis hijos, la tia Juana descansa junto a ellos, y sus quincnietos. Al Cubillo, viajábamolosábados. La abuela, Evarista, al oir llegael coche, aparecia radiante  por la puerta dcasa.  Los perros, olian la comida que llevaba mi padre, se lanzaban a poél. El abuelo, Saturnino, subía de la huerta con tomates, nos besaba,  no sonreia  iba a buscar a las vacas, que teníanombres, al prado. 
 Entrábamodentro de la casa, los gatocorríade un lado a otro, me asustaban. Saliamos a pasear poel pueblo; sorteábamos boñigarodeadadmoscas; nos topábamoco cuadrilladvacas, dcuerpoenormes, pesados, atormentados podar leche, quse movíadesenfrenadamente, arrincondonocontra la pared; hablábamocon las vecinas, qunos preguntabade quiéeramos hijas; observábamos a los burros. Cuando caia la noche, y el pueblo obscurecia, norefugiabámoen la cocina. El abuelo,  contaba historias, de la trashumancia, al lado de la chimenea. Las llamase apagaron, ahora, cada vez que vuelvo al pueblo, ya  no hay vacas que me intimiden, tan sólo el murmullo del paso del tiempo, acomodado en mi recuerdo. 

 Ana Tapias

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