Pequeños mundos, con alfabetos de distancias, nos llevan a retroceder hasta nuestro yo. El egoismo, acaudilla nuestra pirrica victoria sobre los sentimientos ajenos. Olvidando, a menudo, que la gran batalla de la vida consiste en derribar muros de silencio.
Ana Tapias
...muros de silencio que muchas veces se nos imponen y ni somos conscientes de por qué están ahí. La vida, como el cerebro, es muy compleja...y apenas sabemos aquello que nos interesa saber de ella. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Jesús.
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