martes, 4 de septiembre de 2018

No a la homofobia

Siempre,  he envidiado al ver por las calles, a dos, mujeres agarradas  de la mano; debe ser, que nunca he tenido suerte con los hombres con los que he me topado,  y,  pienso que si, me gustaran las mujeres, tal vez fuera más feliz. La verdad,  es que veo pocas mujeres besándose, suelen ser más los hombres que deciden manifestar su amor hacía su pareja. Como siempre, las mujeres vamos retrasadas con respecto a los hombres,  hasta en hacer alarde de nuestra sexualidad. En Malasia, situada en el sudeste asiático, cuya capital es Kuala Lumpur, dos mujeres de 22 y 32 años, han sido azotadas por intentar mantener relaciones sexuales, tras la condena de un juez.  Ellas, las víctimas,  de un sistema represor son consideradas culpables. Ellas, valientes, que no temen manifestar su amor son expulsadas de sus cuerpos. Ellas, espejos de sus deseos,  decididas a ser libres, son escupidas por la dictadura de la idea d, e que deben ser esclavas de un hombre. Ellas, son heroínas encarceladas en una sociedad con barrotes para el sentimiento; una sociedad, aplastada por la tradición; una sociedad homofóbica que nunca dejará sonreír a sus ciudadanos. El amor no debería ser asesinado por jueces, ni clérigos, tan sólo por la muerte, el único exilio impuesto para dos miradas que se abrazan,
Con admiración a ests dos jóvenes malasias
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©

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