El tiempo es la única máquina de matar, que nunca se cansa de disparar;
que nunca duerme; que siempre está alerta ante las madrugadas; que
siempre busca la ocasión para no pasar desapercibida; que adolece de
transformaciones propias de nostalgia; que incita a las lágrimas del
recuerdo. La fotografía, es de mi tío abuelo, que llegó hasta los 105
años. Sobrevivió a casi todo: a la Guerra de Marruecos; a la Guerra Civil y a
una condena a muerte que fue conmutada. Imagino, que mi tío, Esteban,
sentiría en su cuerpo deteriorado; en su mano inutilizada para trabajar,
por los torturadores; en sus ojos opacos de imágenes; los escalofríos del paso
del tiempo, pero nunca se acobardó y siempre luchó por traspasar la
barrera callada, silenciosa, perenne de la inmortalidad
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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