Una fotografía, de una mujer, bella, para
su época, extraña para la nuestra; puede aparecer en medio del desorden de la
rutina; al lado de la carencia de esperanzas; junto a la negación de la
ilusión. Parece joven, pero también murió. Se quedo viuda pronto, con tres
hijos, pequeños. a los que alimentar; entonces no había pensiones, y con un
riñón de menos. Ella, ya no es nadie. Sus hijos murieron. Uno de ellos, con
cuarenta años. Las otras dos hijas, legaron al mundo hijos, y estos nietos; quienes, desconocen, la existencia de esta imagen; que yo una de sus bisnietas,
he encontrado, de casualidad, en un armario, entre sábanas y un pañuelo,
y, decidido rescatar del olvido, para que Flora, sea eterna entre mis palabras de recuerdo.
Con todo mi amor, a mi bisabuela
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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