Esta mañana volví a pensar en Cézanne, al ver las
naranjas de zumo, sin vida, en la terraza de mi casa. Visité su bodegón
pintado en 1899, titulado “Naturaleza muerta con manzanas y naranjas". El
paso del tiempo, ha dejado sus naranjas y manzanas, desdibujadas, por el polvo,
de la nostalgia; ajenas al devenir de la actualidad; bañadas por la
melancolía de un siglo, que solo se estudia en las clases de Historia;
cubiertas, por los silencios, de las personas que las tuvieron entre sus
manos; subyugadas, por un destino, que nunca es fiel a la tierra;
descuidadas, por riego de la esperanza, pues todo es efímero hasta los sueños.
Las naranjas y manzanas de Cézanne. son devoradas por esa cuchara sin
principios que las devora sin piedad.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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