El cansancio es como una piel de cebolla, que nos
va desgastando, las emociones de los días de arco iris; los sueños de las noches
de pesadillas; los sentimientos de los calendarios con niebla; las fragilidades, de las esperas, en los hospitales; las caricias, de los abrazos, en las
despedidas; los atascos, de las angustias, ante los semáforos de la vida;
los besos, de los silencios, en los cementerios; las soledades, de nuestras
sombras, en los jardines; los pasos, de nuestras miradas, que lloran sin
preguntar al horizonte; las nostalgias ,de nuestras infancias, en el recuerdo;
los abismos del dolor, que nos asaltan en los recodos del camino; los olvidos
de los amigos que nos crucifican; los testamentos, de los generales, de la Historia,
que nos atan al pasado; los celos, de nuestros compañeros, de espejos que nos
invitan al grito. El cansancio es como
una cuchara, que devora nuestros interrogantes para dejarlos sin respuestas.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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