Hemos de aprender a saltar sobre el dolor, por qué no, nos podemos rendir; eso sería caer en el fracaso de la vida, que nos llega, cuando el alma, cansada, herrada, vagabunda, decide adoptar un cuerpo, de una familia, a la que pertenecemos a pesar de no saber nada de ella; decide, quedarse unos años, bajo el aroma de la primavera, para olvidar el invierno que es la nada; decide eliminar al dios que la persigue, para creer en si misma; decide bailar con la gravedad, para flotar junto a las estrellas; decide seguir hacía adelante, pese a la incertidumbre. Tenemos la obligación de soñar en el destino, pese a que nunca sea nuestro del todo-
Con todo mi amor, a mis cinco sobrinos.
Ana Tapias(todos los derechos reservados)©
No hay comentarios:
Publicar un comentario