Las calles, de algunas, ciudades de Cataluña, se
están impregnando de violencia, tras la sentencia a los políticos, que mandaban
en la Generalidad cuando convocaron un referéndum y proclamaron la república.
El Tribunal Supremo, en una sentencia, que marcará tendencias en la judicatura;
ha condenado a los procesados, a penas entre nueve y trece años. No hubo violencia;
o si la hubo, fue una fantasía animada; una utopía en manos de unos idealistas;
una caricatura de rebelión, porqué fue sedición. Así que, desde lunes, los
radicales democráticos, crean un estado independiente en Catalonia. Deciden
quién pierde aviones; quién se sube a los trenes; quién pude ir a trabajar o
quién ha de sumarse a la huelga; para convencernos, al resto de los españoles(
ellos también lo son)que son las víctimas de un estado fascista, que encarcela
a sus líderes; que tienen el deber de atacar a un estado opresor; que son intérpretes,
los únicos intérpretes, de su soberanía; que han de ganar la batalla, pues esto
es una guerra entre hermanos. Las calles, de algunas, ciudades de
Cataluña, son bañadas por el odio, por el dolor, por el sufrimiento, de unas
personas que no tienen bandera, porqué si la tuvieran la respetarían, y con sus
actos no lo hacen. Las calles, de algunas, ciudades de Cataluña, lloran . ©
Ana Tapias( todos los derechso resersrvados)
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