La
esperanza es un don o tal vez un misterio, que nos descataloga, como si fuéramos
palabras sin sentido, sin lugar, sin espacio, sin estrellas, sin luna, que
ilumine nuestros sueños, anclados a la lluvia de destino; que siempre es cruel,
innecesario, inoportuno. La esperanza, a veces, nos mata; otras veces, nos mantiene
vivos, pero siempre nos vigila por miedo a perderse en un horizonte sin limites
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