Las mujeres ocultamos nuestras lágrimas y continuamos hablando como si nuestros ojos fueran de ella, esa que calla ante la incertidumbre ,por miedo a perder el equilbrio; esa que silencia el dolor de huesos, por miedo a parecer mayor; esa que se obliga a sonreir, por miedo a desencajar en una sociedad de seres, que toman antidepresivos hasta para respirar. Las mujeres hemos de aprender a reciclar nuestras experiencias, a querernos, a ser fieles a nuestros deseos, y eso nos lleva a rompernos una mil y veces para continuar caminando pegadas a nuestros sueños.
Ana Tapias( todos los derechos reservados)©
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