Ella es
Nuria Espert (1935) a quien encuentro, en una entrevista en un periódico
atrasado, y pienso debo escribir sobre esta gran mujer. Sus arrugas que vagan entorno a su
rosto, dibujado sobre alfabetos, me conmueven, me inspiran, me invitan a hacer
una reverencia ante su pasión por la palabra; que habla en cada personaje, que
toma su alma como si fuera la suya; que burla al paso del tiempo, para crear sin
dar un paso atrás a mujeres, que se convierten en espejos del destino. Sé que
la grandeza de Nuri Espert, reside en su lucha por ser ella.
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