El paisaje otoñal casi invernal, es un juego de soledades,
de objetos, de destinos; que se alinean con los suspiros en medio del olvido;
que nos invita a ser otros; a refugiarnos en el calor; a caminar agazapados en
nuestros sueños; que se hielan sin abrazos; que se congelan sin palabras; que
se abrigan sin nostalgias; esperando el advenimiento de la primavera, para hablar,
para sonreír, para jugar con la esperanza.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García.
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