Una madre con su hijo, se protegen de la lluvia, con sendos paraguas; uno de colores y el otro sin ellos; que les resguardan del destino, que llora, cada día, pues puede ser el último de la nostalgia; que se inventa esperanzas para sonreír ante la incertidumbre; que juega a caerse, a levantarse, en las calles, donde la vida se despide con sueños mojados.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García.
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