Nombres
que no se pronunciar, se ven envueltos en la guerra entre Israel y Palestina;
debido al ataque terrorista sufrido el 7 de octubre por Israel. No hay tregua,
solo silencios, solo lágrimas, solo dolor de los rehenes, de los asesinados en
los ataques, muchos de ellos niños. El devenir de la guerra, no invita a la
esperanza; el sufrimiento no es inventado es real; la muerte implora, grita,
suplica, no ser la protagonista, pero nadie escucha a la vida, en esta guerra
que ha de acabar.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García
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