Nuestros ojos cansados, por las rutinas, que nos obligan a ser otros; a participar en inverosímiles anhelos; a reciclar sueños del ayer; abrazan el horizonte susurrando lágrimas, pues tal vez el mañana, sea un esquivo puzle de alegrías, que secuestren nuestra esperanza, que duerme aterida frio bajo la incertidumbre.
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García.
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