.Apenas recuerdo mi infancia, solo algunos momentos, hilvanados a
un débil recuerdo, que me conduce a los juegos en la casa de mis abuelos
maternos, donde tantas horas fui una niña despegada de su cruel colegio de
monjas, donde lloraba cada momento; donde me asustaba cada segundo; donde
imaginaba sin cesar, para salvarme de esas aulas, con monjas que dictaban a mi
fantasía. Desde mi incipiente decrepitud, engalano mi infancia, para que
sobrevivir a un futuro, donde seré una ilusión, en la mente de quienes me
quisieron
A mis cinco sobrinos, con infinito amor
© Todos los derechos reservados) Ana Tapias García.
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