A las diez y media de la mañana cuando sentía el frio en todo mi cuerpo, camino con mallas, ví una pareja de novios chinos haciéndose fotos en la plaza mayor. La novia se cubría con un anorak negro, antes de cada foto, el novio tenía bastante con su traje.
Los segovianos miraban la escena romántica con curiosidad. La curiosidad que nos despiertan esos seres misteriosos, que nos cobran en las tiendas con diligencia y sin mirarnos, sólo pendientes de la caja registradora y parecen abducidos por ella. Son felices a un grado subiéndose a un banco y sonriendo a la posteridad.¡ Qué vivan los novios!
Ana Maria Tapias Garcia.
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