Nos reencontramos con los rostros de niñas, adolescentes asesinadas, cuyos asesinos han vuelto a ser libres. Vuelven jóvenes a nuestras miradas que las habían olvidado y no nos podemos creer que hayan muerto por ellos que son viejos y con arrugas en sus miradas. Miradas sin arrepentimiento. Miradas sazonadas de odio. Su odio interior que nos vuelve a atemorizar pues han salido a las calles a empezar de nuevo y sus victimas callan desde sus tumbas convertidas en huesos a los que lloramos todos menos sus asesinos.
¿ Y si vuelven a matar,violar quién será el culpable a parte de ellos?. Vuelven a las calles y tenemos miedo. Miedo de sus rostros que no le tuvieron.
¿ Y si vuelven a matar,violar quién será el culpable a parte de ellos?. Vuelven a las calles y tenemos miedo. Miedo de sus rostros que no le tuvieron.
Ana Maria Tapias Garcia.
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