Me aburre ver las caras de los políticos locales en actos a los que han de acudir. Me aburre su aburrimiento, su hastío, su congoja interior de preguntarse qué hacen allí. Sus manos entrelazadas escuchando historias creíbles y lejanas para sus preocupaciones. Sus miradas no dejan opción a la duda, son ellos los que tienen que estar allí y nada podemos hacer para alejarnos de sus rostros aburridos.
Ana Maria Tapias Garcia.
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