La guerra sigue destrozando vidas en Siria. En Alepo la lucha es cruel. La crueldad agoniza en cada cuerpo destrozado, siendo los cuerpos de los niños una masacre. 28 niños muertos en Alepo. Niños desangrados en medio de las bombas. Bombas asquerosas y malolientes tiradas por hombres sin conciencia. La conciencia ha muerto, ya sólo quedan los cadáveres que inundan las calles de Siria. Cadáveres que no cesan de preguntarse el sentido de la violencia. La violencia de un país que está siendo exterminado por él mismo, no se entiende. La violencia de un país que debe negociar la paz como única salida a las calles ensangrentadas. No más violencia. No más muertes. No más cadáveres.
Ana Maria Tapias Garcia
No hay comentarios:
Publicar un comentario