No estaban rodando un anuncio con ovejas , eran ovejas sin domesticar, ovejas de verdad con las que me he cruzado está mañana. ¡ Llevaba años sin verlas correr por una carretera de mi ciudad!. He pensado que estas navidades, mi madre pondrá como plato de carne: cordero asado y me comeré su elegancia, que bala con el deseo de ser inmortal. Nadie es inmortal, ni tan siquiera las ovejas que sirven como peluches a los bebés, hasta ellas han de ser cocinadas en el olvido.
Ana Maria Tapias Garcia
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