Ana Mari tal vez le llamarán de niña o Anita. Creció desde su mundo, que nos sirvió en bandeja a través de palabras, que olían a sus destellos de fronteras. Cada persona vívimos en una realidad. El mundo nos aleja de él, al ser cruel. Es difícil hacer entender que una flor es un dragón, que una mariposa es un hada de colores, que revolotea en nuestro hombro cuando lloramos, todos lo hacemos.
Ana María presidió su gobierno de libros con dulzura y ecuanimidad. La Matute nos ha legado al Rey Gudú para que seamos súbditos, que no vasallos de su amor.
Ana María presidió su gobierno de libros con dulzura y ecuanimidad. La Matute nos ha legado al Rey Gudú para que seamos súbditos, que no vasallos de su amor.
Con toda mi admiración, cariño a Ana Maria Matute.
Ana Maria Tapias Garcia.
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